martes, 20 de diciembre de 2011

La culminación de mi carrera.



Sí, mis queridos coetáneos. Tras más de treinta años de vertiginosa carrera en el seno del Cuerpo de Policía Local de Fuengirola, hoy, veinte de diciembre de 2011, he llegado a la culminación de la misma, al momento para el que venía preparándome desde mi ingreso en dicho cuerpo, a saber, dar una pequeña charla sobre mis funciones como agente de policía en la clase de mi nieto Migue! Sí!!

Cuando, tras prepararme concienzudamente durante todo ese tiempo, traspasé el umbral de la clase y me pude enfrentar a la curiosidad innata de mi nieto, Migue, y sus inconformistas cincuenta y tantos compañeros de clase, sentí que cualquier cosa que pudiera sucederme a partir de hoy carecería de importancia.

Jamás, en mi dilatada carrera, me había sentido tan estudiado, acometido, estrujado, curioseado, preguntado, solicitado y observado, como cuando me presenté ante la mirada asombrada y expectante de mi nieto, Migue, y sus irrefrenables e inquietos cincuenta y tantos compañeros de clase. No cesaban de reclamar mi atención para cada uno de ellos; de preguntar las cuestiones más variopintas acerca del uniforme, de los vehículos, de las herramientas que portaba, de lo que hacía en la calle; de explicarme lo que ellos hacían para cruzar las calles, según les habían indicado sus padres; de sus intenciones de ser policías cuando fueran mayores; etc. Allí estaba expuesto a los requerimientos de mi nieto, Migue, y sus agitados y bulliciosos compañeros de clase, todos niños de tres años.

Aunque, he de reconocer con el mayor orgullo, que el momento culminante de mi carrera fue cuando, en un arranque espontáneo, mi nieto, levantando tímidamente la mano y dirigiéndose a los demás, dijo, con media voz: "Este es mi abuelo".

Migue, sí, soy tu abuelo y te querré siempre!

lunes, 19 de diciembre de 2011

El Presidente ha muerto. Viva el Presidente!

Hoy, hacia el mediodía, el recientemente constituido Congreso de los Diputados, tras el pertinente discurso de investidura del candidato, réplicas de la oposición y contra réplicas, ha sido designado el nuevo Presidente del Gobierno de la nación, Don Mariano Rajoy.
En su discurso, aparte de contadas concreciones, acerca cuestiones menores, de sus intenciones en cuanto tome posesión del cargo para el gobierno de este jodido País, no ha ofrecido ninguna información precisa respecto de qué es lo que pretende hacer para resolver los graves problemas económicos, sociales y laborales, que nos tienen acogotados. Lo que viene siendo su tónica habitual desde que fuera designado sucesor del incombustible Sr. Aznar, dada su condición de gallego impenitente (pues como el del chiste, cuando te encuentras a un gallego en mitad de una escalera, nunca sabes si está subiendo o bajando, sino que depende).
Esperemos que ya que ha conseguido su propósito logrando la Presidencia del Gobierno, inicie ya -de una vez por todas- la aplicación de su recetario milagroso -si es cierto que lo tiene ¿?- para hacer que este país salga de una crisis profunda en la que estamos instalados desde hace ya demasiado tiempo, y así resuelva aquello que tanta vergüenza ajena le hacía sentir, a saber, el abultado desempleo que sufre España, con más de cinco millones de parados; las dificultades de financiación y el constante endeudamiento de las administraciones públicas; el desprestigio de la política exterior española y su escasa influencia en el ámbito internacional; etc.
Tal como están las cosas, Sr. Rajoy, no creo que disponga de los cien días de gracia, que sí gozaron sus antecesores, para permitirle hacerse a las riendas del gobierno, pues los puñeteros mercados financieros internacionales no se lo van a permitir; y, ya puestos, sus propios conciudadanos tampoco, a tenor de las expectativas que promovió antes y durante la campaña electoral que le llevó a la victoria.
Así, pues, estamos esperando ansiosos que se obren sus milagros, y parafraseando le digo: El Presidente ha muerto, viva el Presidente!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Responsabilidades!


El día 30 de noviembre, la muy Ilustrísima Alcaldesa-Presidenta del Ayuntamiento de Fuengirola, rodeada de toda su guardia pretoriana (los 17 concejales populares), tubo a bien explicar a todos los empleados municipales, a los que nos había convocado en asamblea, los graves problemas financieras por los que está atravesando la gestión del ayuntamiento que dirige.
Inició su discurso a modo de mitin ideológico populista, culpando de todos los males del municipio al gobierno del PSOE y, por supuesto, al Sr. Griñán, presidente andaluz, y al Sr. Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno de la nación, quienes por su incompetencia en la gestión de la crisis habían llevado al país al pozo donde se hallaba hundido. Todo ello convenientemente arropado con un vídeo de confección doméstica (elaborado por sus fieles de Fuengirola Televisión -ftv-) en el que se enfatizaba la extraordinaria gravedad del paro en España -más de cuatro millones de desempleados- y en Andalucía -más del 30 por ciento de andaluces-.
Continuó con una maratón de frases grandilocuentes para envolver las duras y graves decisiones que se vería obligada a adoptar en el caso de que los representantes sindicales de los trabajadores municipales no asumieran que para resolver los conflictos económicos del ayuntamiento era necesario reducir los sueldos y otros derechos de aquéllos (como si nuestros sueldos fueran los culpables de tales conflictos económicos).
En varias ocasiones hizo hincapié en que el consistorio no tenía dinero suficiente para afrontar los sueldos de todos y mucho menos si, además, había que abonar todo cuánto reclamáramos en materia de derechos sociales, y, sobre todo, si eran los funcionarios los que lo hacían, cuando nos podíamos considerar unos privilegiados, pues nosotros -los funcionarios, y especialmente los policías- teníamos un trabajo seguro, lo que no podían decir con rotundidad los trabajadores laborales, de los que a algunos se vería obligada a despedir si no se llegaba a acuerdos.
Por consiguiente, y para evitar que se viera obligada, por nuestra tozudez en mantener el magnífico convenio del que gozábamos, a despedir a algunos trabajadores, todos los empleados deberíamos aceptar una batería de recortes en el cobro de horas extraordinarias, de gratificaciones por trabajar sábados, domingos, festivos, de noche, etc. Incluso quizá fuera necesario rebajar algo los sueldos, pues eran más elevados de lo que son los sueldos medios de los trabajadores del sector privado.
Era necesario que supiéramos que su intachable administración era de las pocas que no había subido los impuestos desde hacía más de diez años (evitando así saquear más los escasos dineros de los fuengiroleños), y que las pocas subidas practicadas -como la del I.B.I.- eran debidas a las necesidades de recursos del gobierno de la nación.
Para finalizar, fue muy vehemente en el mensaje que le convenía hacernos llegar a todos, y que venía a repetir que si en la negociación del convenio próximo, los sindicalistas no se avenían a sus deseos, se vería obligada a tomar drásticas medidas como las adoptadas por los consistorios vecinos, donde ya se habían iniciado despidos, como en Torremolinos, Benalmádena, Estepona, etc., algo que ella no deseaba.
Debíamos trabajar más y cobrar menos, y disponer de menos derechos sociales.
Así consiguió descargarse de responsabilidades que nos traspasó a los trabajadores municipales, haciéndonos responsables, a los ojos de la opinión pública fuengiroleña pues se permitió el lujo de retransmitir el acto por su televisión personal, de los graves problemas financieros del ayuntamiento. No se puede ser más demagogo!
Y yo sin saber que tenía capacidad para decidir sobre la gestión municipal!!
Deberíamos presentarnos todos en los despachos de la primera planta del edificio municipal para expulsar a los que allí estén sentados por irresponsables!! Sin olvidarnos de los que halla en la tercera y cuarta plantas, también a la calle!!
Fuengirola, despierta ya!!

martes, 13 de diciembre de 2011

¡Reacción o Desastre! Despertad, ya!

En la sección de Opinión del diario El País, del pasado sábado 10 de diciembre, el escritor catalán Félix de Azúa, publicaba un artículo que tituló 'Un descalabro'
(http://www.elpais.com/articulo/opinion/descalabro/elpepiopi/20111210elpepiopi_3/Tes), y en el que pormenoriza con claridad meridiana las razones que le han llevado al abandono como votante del PSOE.
Desde mi modesta opinión, no puedo más que estar de acuerdo con todo los que el Sr. Azúa expone en el mismo, toda vez que es similar a lo que le ha sucedido a más de cuatro millones de votantes en todo el país, como así sucedió, igualmente, en la localidad donde trabajo.
La aparición de la figura del Sr. Rodríguez Zapatero en la dirección no sólo del PSOE, sino también posteriormente en la Presidencia del Ejecutivo nacional pareció al comienzo de su primera legislatura, como si, tras los gobiernos del Sr. Aznar, del PP, regresara a España la sensatez y la humildad en la aplicación de políticas nacionales e internacionales, pues realmente no podíamos pasar a los ojos de la opinión pública internacional y, sobre todo, nacional, como si fuésemos una potencia mundial capaz de influir en el concierto mundial de naciones.
España sólo había sido potencia mundial en lo relativo a la política del 'pelotazo', del enriquecimiento veloz sobre la especulación inmobiliaria, no así sobre un sistema productivo industrial nacional inexistente desde la IIª República, pues la 'industria' radicada en este jodido país es casi en su mayor parte dependiente de multinacionales extranjeras, y la poca autóctona se vendió fuera de nuestras fronteras para convertirla en liquidez y así poderla dedicar a lo que fue el negocio nacional: la especulación sin más.
El Sr. Rodríguez Zapatero y su cohorte de aduladores, tanto en la administración central como en la autonómica y local, han sido los responsables del descalabro electoral sufrido por el PSOE en los dos procesos electorales vividos por la ciudadanía en el año que finaliza, y ello ha sido posible debido a los vaivenes en los que circulaba la política económica y social conducida por nuestro Presidente durante la segunda legislatura, apoyada por los llamados 'Barones' regionales, más ocupados en mantener sus respectivas parcelas de poder e influencia dentro del Partido; y, sus puestos o poltronas en la administración del Estado.
Hasta hoy, tras la última debacle electoral, nos vienen diciendo los que deberían haber renunciado y dimitido por incompetentes, que es necesaria la unidad, ahora más que nunca, para poder presentar un frente unido contra las políticas conservadoras que se nos plantearán por el partido político ganador de las elecciones, en torno a los dirigentes actuales. Hace falta tener cara dura!! Pero si son ellos los que iniciaron su implantación con el argumento de que era lo que necesitaba el país para responder a la crisis que nos azotaba!
No! Esto no puede seguir así! Hay que acabarlo!
El Partido no debe continuar con sus actuales dirigentes, y en la oposición!
Se hace necesario una refundación del PSOE, de forma que recupere su trayectoria socialista histórica, su ideología progresista comprometida con la defensa de los más desprotegidos, de una sociedad más justa para con los que menos tienen. Ya está bien de inclinar la cerviz ante los poderosos, de facilitarle sus componendas para que sigan aumentando poder.
Para ello es necesario un cambio generalizado de todos los cuadros dirigentes, sino, como dice el Sr. Azúa en su artículo, el PSOE, como la UCD en su tiempo, estará abocado a su perdición.