jueves, 5 de julio de 2012

¿ DÓNDE ESTÁ LA JUSTICIA ? El pasado lunes, por la mañana, cuando se hallaba tomándose un necesitado respiro para tomarse un refresco en una cafetería del centro de Fuengirola, mi compañero (del que no diré el nombre por razones obvias) sufrió un cobarde ataque procedente de un individuo que por la espalda y sin mediar provocación alguna lo inmovilizó colocándole un cuchillo de los de cocina grande en el cuello con intención de sustraerle el arma reglamentaria. El resultado de semejante ataque concluyó con la detención del atacante, un sujeto de origen cubano de unos 30 años, y la baja de mi compañero dado que sufrió heridas cortantes que dicho individuo le produjo en el cuello son el arma que utilizó, es decir, el cuchillo de cocina. Toda la acción fue grabada por las cámaras de seguridad que la cafetería posee en el interior del establecimiento y que, a la postre, fueron aportadas, junto con las declaraciones de mis compañeros, el herido y el otro componente de la patrulla que consiguió la detención con la ayuda de un parroquiano, al atestado policial que fue entregado en el Juzgado de Instrucción de guardia ese día. Lo sorprendente del caso no es que mi compañero saliera bien del trance sólo con algunos cortes y magulladuras (que podría entenderse así), ni que se evitara un resultado trágico al impedir que el atacante se apoderara del arma del policía (algo más que loable aunque se nos suponga obligados a ello), ni siquiera el atacante fuera detenido sin más que alguna magulladura causada por el forcejeo para esposarlo; no, lo sorprendente del asunto sucedió posteriormente cuando tras ser puesto a disposición del juez de guardia, éste decretó su libertad sin siquiera detenerse a leer en su integridad las diligencias del atestado policial, ni observar la grabación de las cámaras de seguridad aportada. Un individuo agrede a un policía con un gran cuchillo, con intención de arrebatarle su pistola reglamentaria, causándole lesiones de importancia y cuando es llevado ante el juez, éste le pone en libertad, sin ninguna explicación. ¿Dónde está la tutela judicial efectiva que proclama la Constitución Española?, o ¿sólo es aplicable al delincuente? Mi compañero pudo haber perdido su vida y el juez deja libre al atacante! ¿Qué debemos hacer para merecer las garantías constitucionales que sí se les aplican a los delincuentes, ¡morir!? Sr. Juez, puede que usted haya cumplido con la ley, pero no ha hecho justicia, no! ¿Si mañana, ese mismo individuo acuchilla a un ciudadano inocente en otra cafetería y lo mata, se sentirá usted satisfecho de haber cumplido con la ley al dejarlo libre? Espero que reflexione y modifique su actitud y la próxima vez que la Policía le presente a otro individuo semejante o al mismo por algún hecho luctuoso, le dedique algunos minutos a leerse desde la primera hasta la última de las diligencias antes de tomar una decisión acerca de la libertad o no del delincuente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario